El margen del yodo se dispersa... nada o todo desde tu alma, cuerpo, hasta camisa. Tú sonrisa agua de azahar, es querer comenzar la bella mujer a la que se embelesa. La luna te regala canciones para ti, el sol te hace postres dulces, para un sí. Pero adiós pronunciaste vuelo, donde no me quede contraste ni si quiera de lo que huelo, esos amores insuficientes... Para mí ¡hay, para mi! si quedaran trozos: madera de roble o metal frío, no sentiría el agua correr gastando fuerzas de donde no quedaran guerras.´ Línea media pequeña, grande quizás. Amor, odio, yo no tendre tal animadversión... No podría ahogar los pájaros, dejar incoloro las flores, ni secos los campos... donde nacen y crecen los sabores... vinos, dulces, como tú, amargo, como cada partir ¿y mi querida tierra?