Te amo como nunca nadie. En la lejanía del horizonte afilado, hiriente, sin sombras, ni ecos. Te amo teniendo y sin tener auroras, y estrellas, nubes, y truenos... Te reconozco tras las estelas, espejos rotos, cuadros abstractos, mil voces, canciones, y poemas... Cuando más te recuerdo y me desafía la muerte sin ti, y la sobriedad de tu ausencia me entristece, me humilla, me enfurece y a la vez me aclama... en mis deseos, que son fluidez del agua y pesado en el tiempo... Te recuerdo